El verano es la época del año en la que más cambiamos nuestros hábitos. Las altas temperaturas y las temporadas de vacaciones transforman nuestra rutina, haciéndonos más receptivos que nunca a amenazas insospechadas para nuestros ojos, sobre todo a la hora de utilizar las lentillas de nuestro día a día.
Bañarnos se convierte en una necesidad cuando el calor nos rodea tan fuerte como ocurre en la mayor parte de España. Tanto para aquellos que tienen la suerte de poder acercarse al mar como los que tienen que conformarse con piscinas cerca de casa, nadar con lentillas este verano nos puede suponer riesgo para los ojos para el que debemos estar preparados.
¿Cuáles son los riesgos?
Incluso el agua más limpia tiene bacterias y microorganismos que nos afectan en mayor o menor medida.
El cloro de las piscinas evita que crezcan formas de vida más grandes y visibles, pero si se llegara al nivel de evitar que naciera absolutamente nada, tampoco sería saludable para los humanos. El mar y los ríos tienen su propia flora y fauna, de tal modo que es bastante recomendable evitar un contacto directo entre los ojos y el agua que lo conforma.
El uso de lentillas bajo el agua supone un riesgo adicional. El contacto de todos estos pequeños microorganismos con nuestras lentes de contacto supone el riesgo adicional de que las deformen o resientan su calidad al contaminarlas.
Además, hay algunos elementos que pueden facilitar las infecciones de nuestros ojos al aprovechar la superficie que otorgan las lentillas sobre nuestras pupilas.
La acanthamoeba por ejemplo es un organismo relativamente común en el agua, que se adhiere sobre las lentes de contacto y es posible que, en estos casos, cause inflamación de córnea o generar una infección, llegando en casos extremos a provocar la muerte.
E incluso aunque no nos encontremos con ninguno de estos problemas, las lentillas tienden siempre a absorber el agua que les rodea. De este modo, al nadar con lentillas podemos provocar que se cambie su forma, distorsionando la visión y haciéndola borrosa.
¿Qué os proponemos para cuidar las lentillas en verano?
El uso de lentillas da una comodidad adicional a la que no es fácil de renunciar. Aunque la mejor solución para este debate sea siempre adquirir unas gafas de bucear graduadas, existen algunas recomendaciones para facilitar el uso de lentillas debajo del agua.
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Cambiar de lentillas mensuales a diarias
Para aquellos que usan lentillas de forma habitual durante el resto del año, pasarse en verano al formato diario de lentillas es quizás la forma más sencilla de poder nadar usando lentes de contacto.
El formato mensual hace más difícil controlar las infecciones que se pueden quedar dentro de las lentillas, mientras que con las lentillas diarias nos aseguramos tanto de tener un producto nuevo cada vez que nos las ponemos y limitamos la capacidad de deformación que el agua ejerce sobre su superficie.
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Usar gafas protectoras
Las gafas de bucear combinadas con las lentillas son una buena protección adicional para nuestros ojos cuando nos sumergimos en el agua. Sin embargo, del mismo modo que ocurre con las gafas de sol, nos tenemos que asegurar de que sean de buena calidad.
Las gafas de buceo combinadas con lentillas requieren de una atención adicional. Al colocarlas debemos asegurarnos de que no haya nada de líquido en su interior, además de cerciorarnos de que están correctamente selladas en todo su diámetro.
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Extremar la higiene ocular
El verano y el calor tienen ciertas características adicionales sobre nuestros ojos. Es muy importante asegurarse de que nos mantenemos hidratados, poniendo especial atención a nuestros ojos mediante el uso de lágrimas artificiales si nos vemos con la necesidad.
En el caso de las lentillas, sobre todo las mensuales, es crucial vigilar su cuidado, limpiándolas con mucho cuidado antes de introducirlas tanto en su estuche de mantenimiento como en nuestros ojos.
Por último, tener un par de lentillas de repuesto es una forma muy eficaz de solucionar imprevistos, asegurándonos así de disponer de otro par de lentes de contacto en caso de que las que estemos utilizando de forma habitual se deformen o se contaminen.
Como siempre, te recomendamos que nos consultes de forma directa en caso de que tengas más dudas sobre este tema, a través de nuestra página web o visitando nuestra óptica física.